La aplicación de PRFC está recomendado tanto en personas a partir de los 40 años como en jóvenes con signos cutáneos de envejecimiento prematuro.
Su aplicación se realiza en consulta. Se realiza una extracción de sangre del propio paciente, de la que se obtendrá el PRFC, tras someterla a centrifugación. Una vez preparado el componente de PRFC, se aplicará a través de multipunciones con una aguja muy fina.
Los resultados de este tratamiento empiezan a notarse a la semana de su aplicación, siendo el resultado final hacia el mes.
El efecto secundario más frecuente es la inflamación leve de la zona tratada. Al ser un derivado del propio cuerpo del paciente no hay rechazo por parte del organismo.