Rinoplastía transfixante

La incisión es la vía de acceso necesaria para realizar los diversos procedimientos de una rinoplastia. Puede ser interna, en la mucosa (intranasales), o externa en la piel (extranasal). La elección del tipo de incisión va a depender especialmente de las zonas a tratar y, de manera no menos importante, de las diferentes escuelas y experiencia de cada cirujano.

Como en toda cirugía, podemos afirmar que cuanto menos trauma quirúrgico, mejor. Las incisiones se limitarán a lo estrictamente necesario para realizar la operación con comodidad y control adecuado del campo operatorio.

Normalmente, una rinoplastia conlleva el tratamiento de los cartílagos alares y del dorso, por lo que las incisiones han de ser planificadas con estos fines. La parte superior o cefálica de los cartílagos alares puede ser trabajada, prácticamente con igual control, tanto a través de la incisión transcartilaginosa como intercartilaginosa, aunque el trauma causado a los tejidos es menor en la primera.

Si necesitamos trabajar el dorso nasal y el septo, extenderemos la incisión (cualquiera de las dos anteriores) hacia el septo membranoso. Para esto tiramos de la columela en sentido caudal y se incide la mucosa a nivel borde del septo caudal. Debemos recordar que esta incisión elimina importantes componentes del soporte de la punta nasal que mantienen la proyección de la misma, especialmente la adhesión de las crura medialis al borde caudal del septum y el soporte de las crura medialis en la espina nasal anterior.

Cuando hace falta exponer completamente los cartílagos alares para su análisis y modificación por asimetrías, alteraciones de la forma, posición o consistencia (malposición de alares), tendremos que recurrir a abordajes más complejos que nos permitan su adecuado tratamiento, bien mediante una doble incisión (ínter e infracartilaginosa) y su movilización inferior en forma de asa de cubo o bien, a través de la elevación completa de la piel que la recubre, mediante una incisión en la piel de la columela (transcolumelar) que se extiende por el borde caudal de los cartílagos laterales inferiores (rimal o infracartilaginosa).

Los abordajes pueden ser divididos entre aquellos que liberan completamente los cartílagos y aquellos que lo hacen sólo de forma parcial. Estas incisiones pueden ser:

INCISIÓN EN EL SEPTO MEMBRANOSO

TRASFIXANTE y HEMITRASFIXANTE: Puede ser completa si se unen las incisiones de los dos lados, o hemitrasfixante derecha y/o izquierda, si sólo afecta a un lado. Se sitúa en el borde inferior del septum membranoso y puede extenderse hasta la espina nasal (extendida) si está indicado el tratamiento del septo o de la espina nasal anterior. Proporciona el acceso al septo caudal, crura mediales y espina nasal. Normalmente es la primera incisión realizada en la rinoplastia endonasal. Comienza en la unión de la mucosa septal con la mucosa nasal lateral, inmediatamente por debajo del septo caudal. Se angula hacia abajo, siguiendo los márgenes cefálicos de las crus mediales (no del septo caudal) y se extiende casi hasta los pies de las crura medialis. Puede prolongarse hasta el suelo nasal cuando se desea obtener mayor proyección. En la incisión hemitransfixante se procede de la misma manera de un sólo lado, con lo que no se altera el sistema mayor de soporte de la punta. Tiene el inconveniente de dificultar el acceso al lado opuesto del septo y de una posible cicatrización asimétrica.

Es considerada como uno de los procedimientos más complejos dentro de la Cirugia Estética Facial, pues cada nariz es diferente y su anatomía varía en cada persona, siendo indispensable y muy importante la valoración personalizada de cada paciente: rasgos faciales, tipo de cara, piel, tejido adiposo y necesidades de cada caso, para poder así elegir la técnica adecuada y obtener mejores y exitosos resultados.

Objetivos:

  1. Reestructurar o reformar la nariz, tratando de ajustarla de una manera más anatómica a la cara del paciente.
  2. Asegurar una función nasal adecuada.
  3. Mejorar la forma de la nariz y la apariencia de toda la cara de manera natural, armonizando perfectamente la estructura facial e integrando un conjunto agradable, de tal manera que se obtengan los cambios pertinentes, pero siempre procurando que la cirugia pase desapercibida.

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